Labores de cierre de año en los directorios
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Luis Hernán Paúl
Con el término del año es usual la realización de ciertas labores en los directorios de las empresas. Me refiero especialmente a la revisión de la gestión lograda por la compañía en el período, la evaluación del desempeño del gerente general y la determinación del bono anual que se entregará al mismo.
Una adecuada revisión de la gestión de la empresa debe incluir el análisis de los resultados financieros obtenidos en el año, los cuales son indicador muy relevante, pero también los resultados logrados en otros planos. Me refiero a los avances en el plano productivo, comercial, estratégico, recursos humanos, legal, regulatorio, etc., ya que éstos muchas veces pueden ayudar a incubar utilidades a futuro y subir con ello el valor de las empresas.
También es conveniente evaluar la gestión de las compañías respecto a la de sus competidores. Dicha labor se facilita cuando la competencia está conformada por empresas que están obligadas a entregar información pública por ser transadas en bolsa.
En lo que respecta a la evaluación del gerente general, lo ideal es contar con mecanismos debidamente estructurados para realizar esta labor. Se trata de un proceso cuyo objetivo principal es dar una orientación sobre los aspectos de la gestión del ejecutivo principal que andan bien y los que se pueden mejorar. Si bien son usuales los resquemores frente a esta práctica en las empresas donde esta no se aplica, lo cierto es que en aquellas que si se hace, hay una visión positiva frente a la misma. En efecto, los gerentes generales no cuentan con muchas instancias para recibir comentarios sobre su gestión personal y los directores disponen normalmente de las capacidades e información requeridas para entregar una visión fundada al respecto. También es valiosa la posibilidad que ello ofrece para mejorar la comunicación entre el directorio y el gerente general, en la medida que lleva a ambas partes a identificar y centrar su interacción en los temas fundamentales de la gestión de este último.
Para evaluar a los gerentes generales hay que partir por identificar sus objetivos, metas y establecer las variables para medir su cumplimiento. Los objetivos y metas financieras (i.e. ventas, Ebitda, utilidades, precio de la acción o el crecimiento en este tipo de variables) normalmente son los mismos que se utilizan para medir la gestión de la empresa. Pero también corresponde incluir aspectos personales del gerente general tales como su efectividad en el liderazgo de la organización, lo cual se puede relacionar con iniciativas como la definición y/o implementación del plan estratégico, el fortalecimiento del equipo gerencial y/o el aumento en los niveles de retención de empleados. Asimismo, se pueden incluir objetivos más operacionales que se relacionan con variables como el grado de satisfacción de clientes, porcentaje de las ventas asignables a nuevos productos o aumentos en la productividad.
Finalmente, resulta conveniente separar la instancia en que se hace la evaluación del gerente general del momento en que determina su bono anual, sin perjuicio de la relación que puede existe entre ambos procesos. Una buena evaluación de un ejecutivo debe buscar, tal como se mencionó anteriormente, clarificar tanto los aspectos de su gestión que andan bien como aquellos que pueden mejorarse, así como las acciones o iniciativas que pueden ayudar a fortalecer su desempeño. Ello se materializa a través de un dialogo que abarca generalmente una visión más amplia que la se considera para la determinación del bono, la cual es recomendable que se fundamente en una fórmula de cálculo conocida al inicio del año, cuyos resultados dependan de variables objetivas. Pero también es deseable dejar un porcentaje del bono asociado a una evaluación más subjetiva que incorpore aspectos no predecibles inicialmente que fueron determinantes en la gestión del gerente general a lo largo del año.
Feliz año nuevo.